El propósito final es el de colaborar en la construcción de una sociedad más equitativa, que asuma su responsabilidad frente a actores desprotegidos o insuficientemente considerados.
Las presiones sociales, económicas y políticas socavan las posibilidades de crecimiento, desarrollo, participación e inclusión social responsable.
El sujeto de nuestra acción no es solamente considerado como aquel que emerge en un determinado momento socio histórico sino que le reconocemos su protagonismo para desarrollar las capacidades personales que le son propias y su derecho a participar crítica y activamente en la sociedad.
Consideramos que el respeto a la dignidad humana implica acciones especiales para la creación de leyes, instituciones y políticas públicas que permitan a las personas en situación de calle y vulnerabilidad de todas las edades acceder a oportunidades equitativas para su desenvolvimiento.
La política debe centrarse en acciones que promuevan su ingreso al mercado laboral, a la educación y a los servicios de salud.